domingo, 3 de octubre de 2021

 

Hola, Ma!

Llegó el último cumpleaños de 15 y su festejo tan esperado… Y vos no estabas.

Te perdiste los preparativos, la ansiedad, el año de “cuarEterna”,  que nos dejó sin festejos. No estuviste disponible para controlar el descontrol emocional, que daba vueltas en el ambiente.

Nos hiciste falta, como siempre.

Tu nieta menor lo esperó con ansias y lo disfrutó hasta el último segundo. Fue feliz y eso es lo que nos importaba y nos llenaba de felicidad a nosotros también. A tal punto, que se notaba tu sonrisa a su paso, ¡sabelo!

Tu nieta mayor estuvo en todos los detalles, sigue siendo ultra organizadora, nuestra amada escorpiana, tan adulta como para calmar a su mamá, cuidar a su papá y hasta bailar el vals con su hermanita.  Estarías tan orgullosa de ella.

Tus hijos te extrañaron, en algún momento lagrimearon o reaccionaron como pudieron a tu ausencia y la de papá, pero estuvieron presentes en cada foto, cada video, cada saludo, en cada uno de nosotros en realidad.

Y por esas cosas extrañas de la vida, te abrazamos entre los brazos de una de las personas, que sabemos más amaste de tu familia, en esa hermana/sobrina/compañera de andanzas de tu juventud, que nos acompañó desde que volviste a enfermar, nos abrazó cuándo nos dejaste físicamente y nos apoyó cuándo enfermó papá. Cada día sentimos, que nos dejaste en sus manos de madraza, que conoce nuestras historias a través de tus palabras y que quizás, no conocíamos mientras estabas en este plano.

No fue fácil, no fue perfecto… Fue lo que tenía que ser.

Terminó la fiesta color lavanda dónde comenzó, en tu living comedor. Entre tus cosas y las de papá. Quizás, solo porque necesitábamos sentirte más cerca, no sé. Era lo que tenía que pasar.

 

  Hola, Ma!!! Anoche no dormí y fue por tu culpa, o quizás por la mía, así que decidí que lo averiguaríamos juntas. Recordé cada una de ...